Desde mediados de los ’80, Rusia, todavía bajo el anhelo del comunismo, comenzaba a adoptar el modelo neoliberal impuesto por Estados Unidos de América. Apoyados por reformas estructurales que pretendían modificar el sistema estatal, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.) por ese entonces, adoptaba un modelo económico de crecimiento hacia fuera e introducía el sistema democrático de elecciones; ambas reformas sustentadas en la Perestroika y el Glasnot.
Por/Felipe Rodríguez

La U.R.S.S, desde la administración de Mijail Gorbachov, comenzó a debilitarse como bloque opositor y de manera lenta ese fuego que encendiera la mecha de la guerra fría se apagó. Se acabó así la historia socialista y con el ascenso de Gorbachov se puso fin al sistema autoritario comunista para dar paso al surgimiento de las libertades y la democracia. No obstante, un sinnúmero de ex colonias de la U.R.S.S., lograron su independencia y acabaron con un proceso de tensiones políticas que en algunos casos, tal como ocurrió con Afganistán, desencadenó en un conflicto bélico.
Más tarde, terminada la década de los ’80, la jefatura de Gorbachov y tras la caída del muro de Berlín, la ahora denominada Rusia, mostraba su figura renovada de cara a la última década del siglo XX. Con Boris Yeltsin como nuevo Presidente de la República, ahora electo de manera democrática, la antigua Unión de República Socialistas Soviéticas, se abría paso en un escenario político y económico completamente diferente al cual la vio decaer. Atrás quedaba el crecimiento hacia adentro y la satisfacción de las demandas internas, ya no quedaba lugar para un estatismo capitalista, del cual habían sido cautos y eficaces durante todo el régimen comunista.

Sin ir más lejos, durante la década de los ’90, Rusia adoptó el sistema neoliberal, abriendo sus mercados; los cuales principalmente descansan en la producción petrolera. Con la administración de Yeltsin se mantuvo el desarrollo industrial que ya venía desde la U.R.S.S., sumado a un fuerte impulsó a políticas exportadores con la finalidad de generar una gran apertura del mercado ruso, apoyado en la firma de tratados internacionales.
A su vez en materia política, el presidente Yeltsin, proclamó la soberanía de la Federación Rusa e indujo a la creación de la CEI en 1991, organismo supranacional bajo el que se englobaron todos los antiguos territorios de la U.R.S.S., exceptuando los países bálticos. Al disolverse la U.R.S.S. heredó su potencial militar y el lugar que ésta ocupaba en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. La pugna por el poder se clarificó en 1993, al vencer Yeltsin la oposición del parlamento, al que disolvió y luego, tras encerrarse en la sede legislativa y oponerse por la fuerza, venció militarmente.
En las elecciones de diciembre 1993 quedó patente el alza de los partidos ultraderechistas y de los comunistas. Éstos últimos se convirtieron en la primera fuerza de la Duma tras la elección de diciembre de 1995, lo que significó un nuevo revés para Yeltsin, cuyo prestigio se vio comprometido por la violenta represión de las aspiraciones independentistas de Chechenia, en guerra con Rusia desde 1994.
De ahí en más, éste extenso país ha continuado desarrollando un modelo exportador, fiel reflejo de las nuevas reformas políticas y económicas ya mencionadas.

Desde la administración del presidente Vladímir Putín, Rusia se ha caracterizado por sostener una política monetaria baja en inflación, sumada a una alta taza de crecimiento económico, que se contrasta con la miserable realidad que vive cerca del 30% de la población tras ser afectados por la pobreza. En tanto, utiliza su riqueza energética para intentar influir en el escenario internacional.
No bastante, esto le ha significado un choque pasivo de intereses, hasta ahora, con la Unión Europea, ya que ambos poseen itinerarios políticos y ambiciones dispares, lo cual hace que la relación entre ellas sea compleja pero al mismo tiempo necesaria.
Sin ir más lejos, en la actualidad no sólo comparten una estable interacción política y económica, sino también un proceso de cohesión política que es preponderante para la estabilidad de la región.
A su vez, la Unión Europea ve a Rusia como un importante socio comercial y un garante para su estabilidad, cuya cooperación debe ser intensa, además de pactar limites en las influencias regionales que ejercen para evitar conflictos posteriores.
Por otra parte, en el plano político, aún siendo una democracia, Rusia posee severas restricciones a la libertad de expresión e información, ejerciendo a través del gobierno una fuerte censura a los medios de prensa y comunicación opositores a la gestión de la jefatura de Estado.
En definitiva, Rusia intenta controlar el espacio soviético con tintes autoritarios y disfrazando a una democracia que para la visión rusa nunca ha sido tal. No hay que olvidar que en materia de derechos humanos y garantías constitucionales, nunca en su historia los rusos han sido muy respetuosos, sin considerar siquiera que exista cualquier tipo de oposición hacia su gobierno.
Fuentes:
palestra.pucp.edu.pe/portal/ especial_01/textos/pp_mendoza_economia.ppt –
www.chile.mid.ru/2008/bull_065.html - 19k
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