LAS GUERRAS DE CHECHENIA


La caída de la Unión Soviética en 1991 no sólo produjo el colapso definitivo de los “socialismos reales” si no que también un intenso proceso de cambios políticos sociales y económicos en su propio territorio. Dentro de estos se puede encontrar el largo conflicto entre Rusia y Chechenia.

Por/Martín Romero

Si bien este enfrentamiento se hizo visible mundialmente a principios de los noventa, la lucha entre rusos y chechenos es de larga data. La conquista rusa de los territorios chechenos (situados en el centro de la Región Norte del Cáucaso) y la deportación de parte de la población chechena a finales de la Segunda Guerra Mundial hacia Siberia (acusados de colaborar con las tropas alemanas) son sólo parte de un muestrario de este conflicto.

La configuración de lo que conoce como la Primera Guerra de Chechenia se extendió desde 1994 hasta 1996.

El 4 de noviembre de 1991 Chechenia se independiza de la Federación Rusa (estructura que reemplazo a la muerta URSS), de la mano del general de la aviación rusa Djokahr Dudaiev (que pese a ser nativo de la región nunca vivió en ella). Declaración que se enmarca dentro de los conflictos de carácter étnico-religioso que azotaban, sobre todo, a la región petrolífera del Cáucaso.

Ahora, el inicio de la Primera Guerra de Chechenia se debe fundamentalmente a la política que Rusia adopta sobre el problema checheno, la inestabilidad política de la nueva república independiente y a ciertos intereses económicos creados por altos personeros militares del ejército ruso.

La política que siguió Rusia en cuanto a Chechenia, después de su proclamación de independencia, fue errática. En un primer momento simplemente no hizo nada, dejando incluso armamento militar en la región que pudo aprovechar Chechenia; después financió y armó a la oposición a Dudaiev para que lo derrocara.

Tampoco Dudaiev simplificó las cosas: impuso una dictadura y gracias a sus políticas el país se convirtió en una verdadero paraíso para delincuentes y traficantes de droga, “la gestión de Dudaiev es un fracaso no se pagan las pensiones y la productividad es nula”.

Finalmente (aunque no menos importante) se encuentra la acusación del general Alexander Lebed, principal asesor militar del presidente ruso Boris Yeltsin, en relación a que la guerra se habría producido por una vendetta de encumbrados burócratas rusos que participaban, junto a las autoridades chechenas, del negocio petrolero. Como el presidente Dudaiev “dejó de compartir el botín con sus socios de Moscú… por consiguiente (el gobierno ruso) decidió castigarlo militarmente”.

La tesis del general Lebed no termina ahí, ya que dice que la guerra se gestó, también, para encubrir negocios ilícitos que hacían comandantes del ejército ruso con países europeos en guerra. Ellos “negociaron en el mercado negro una parte del equipamiento de sus unidades” y para ocultar los equipos “aquellos generales necesitaban un gran conflicto en algún lugar, para que una importante cantidad de blindados pudieran aparecer como destruidos en combate”.

Lo cierto es que el 11 de diciembre de 1994 Rusia invade Chechenia.

Se ha hablado que la capacidad del ejército de la Federación Rusa era limitada, sobretodo, teniendo en cuenta que sus soldados eran jóvenes e inexpertos y que los combatientes chechenos conocían a la perfección el terreno y las montañas donde se desenvolvían los combates.

No obstante, la cantidad de chechenos muertos en los ataques rusos impresionó: solamente en el ataque a la capital Grozny, murieron 25.000 civiles (enero 1995).

Pero la inoperancia militar rusa unida a la corrupción de sus oficiales (“comandantes de unidad se negaban a acatar órdenes de ataque, otros se negaban a respetar las órdenes de cese del fuego. Muchos aceptaban sobornos por dejar escapar unidades chechenas cercadas mientras que otros hasta vendían armas a sus adversarios”) hicieron que el panorama se oscureciese.

Las tropas rebeldes chechenas se refugian en las montañas y montan una guerra de guerrillas que erosiona el poder del ejército ruso. A esto se suman las acciones terroristas en diversos sectores de Rusia (táctica muy ocupada por los chechenos después) como en Budionnovsk (junio del 95) donde un grupo comando ocupó su alcaldía y el hospital tomando como rehenes a 1500 personas, terminando con un saldo de casi 200 muertos.

Los chechenos, en fin de cuentas, (y a pesar del asesinato de su presidente Dudaiev en 1996) propinan una dura derrota a uno de los ejércitos más grandes y poderosos del mundo. Es por esto que Yeltsin le ordena a su asesor Lebed que inicie el proceso de negociaciones con el nuevo presidente chechenio, Aslán Masjadov, proceso que termina con los tratados de Jasaviurt, que dictamina la salida rusa de Chechenia y una especie de autonomía política.

La carnicería había dejado 73.000 chechenos y 6.000 soldados rusos muertos.

La Segunda guerra chechena 1999-2006

Los acuerdos duraron muy poco, la incontenible criminalidad chechena (léase: “secuestros, tráfico de armas y robo de petróleo”) y la desestabilización que provocan en toda la región, en el período posterior a la paz hacen que las autoridades rusas (ahora bajo la sombra de Vladimir Putin) tomen medidas extremas.

Entre agosto de 1999 y enero del 2000 las tropas rusas atacan y conquistan de nuevo Grozny y otras localidades chechenas. Nuevamente las tropas locales se internan en las montañas para aplicar la táctica de guerra de guerrillas.

Eso sí la respuesta rusa fue contundente: organizó una nueva burocracia chechena prorrusa que administrara la región, además de contar, dentro de sus fuerzas de combate, con tropas nativas.

Como en la guerra precedente el conflicto se ha llevado a cabo mucho mas allá del Cáucaso. El 23 noviembre del 2002, terroristas chechenos entran en el teatro Dubrovka (en plena función musical) y secuestran a más de 800 personas. Comandos de las fuerzas de seguridad rusas asaltan el lugar con gas, y terminan con el secuestro.

Cuando el caos termina el saldo final es de 129 rehenes muertos, incluidos los terroristas.

Sin embargo lo peor se produciría el 1 septiembre del 2004, cuando otro grupo de terroristas, se apodera de un colegio público en Beslán (en Ossetia del Norte) tomando rehenes. Dos días después tropas de seguridad asaltan el lugar generando el enfrentamiento con los terroristas. Al final del día el número de muertos era de 333 personas, 186 de ellas niños.

Lo que básicamente buscaban los chechenos era el reconocimiento ruso a su independencia, y a la libertad de credo (Chechenia en su mayoría es musulmán).Las palabras de los independentistas no dejaban dudas: “podremos garantizar que todos los musulmanes de Rusia se abstendrían de usar medios armados en la lucha contra la Federación Rusa, al menos durante 10 a 15 años, a cambio de la libertad de religión”.

A pesar de esto la guerra entró (al parecer) en su recta final, luego del asesinato del líder terrorista checheno, Shamil Basayev, por fuerzas de seguridad rusas hace dos años. Los enfrentamientos en el Cáucaso han bajado como así también los actos terroristas.

Las cifras de muertos en este segundo período de conflictos se elevan a 25.000.

El gobierno de la Federación Rusa ha dado por terminado (oficialmente) el conflicto en Chechenia, y al parecer su población así lo percibe. En una encuesta realizada el año pasado por el Centro Levada, el 41% de los consultados piensa que la guerra continúa, en contraste al 67% que pensaba lo mismo el año 2005. Así mismo, ahora, sólo un 9% de los rusos cree que la situación en la región del Cáucaso es crítica.

No hay comentarios: