Crisis alimentaria y del petróleo

COMPLICIDAD QUE PERTURBA A CHILE

Una relación entre crisis que afecta directamente a Chile, es la ocasionada por los alimentos y el petróleo, los cuales convergen y tienen como denominador común los biocombustibles como una alternativa al alza del “oro negro”, lo que a su vez agudiza la crisis alimentaria.

Por/María Soledad Soto

En los últimos años, la constante alza de los precios de los alimentos se ha transformado en un tema de bastante interés y polémica en nuestro país, debido a que afecta directamente el presupuesto familiar de cada ciudadano y de sobremanera a los sectores más pobres del país.

La dificultad que perturba al sector alimentario es un problema que afecta a todo el mundo y son diversos los elementos que interfieren directamente en esta crisis, motivo por el cual es factible determinar que es una situación que perdurará por mucho tiempo, debido a que es difícil establecer una solución clara y eficiente a un conflicto prolongado.

Factores como el cambio climático, y específicamente las sequías, así como también el incesante desarrollo que han tenido países como China e India que han incorporado en su dieta la carne y productos lácteos, provocando una alta demanda de grano y pasto han influido en el aumento de los precios de los alimentos, y a su vez han contribuido a la escasez de los bienes de primera necesidad.

Esta escasez de alimentos genera también una especulación en cuanto a la falta de éste, porque las personas comienzan a comprar de una manera excesiva, producto del miedo a que estos sigan subiendo y a la carestía, lo que nuevamente aumenta el precio producto de la alta demanda. Por consiguiente, la idea es intentar no comprar lo caro para evitar el avance de la especulación.

Sin embargo, estas no son las únicas fuerzas motrices que han originado la crisis alimentaria. El factor petróleo, es decir el impacto del aumento del precio del petróleo y el factor especulativo que le rodea, han repercutido en todo el mundo, sin excepción en Chile.


Es decir, producto de esta alza del petróleo, se está destinando la superficie que debería ser para la producción de comida en producción de biocombustibles, los cuales reemplazan al petróleo, y por ende, como Chile no produce este combustible, debe comprar todo lo que consume, no teniendo influencia sobre el precio, tan sólo le queda paliar las consecuencias de esta aguda crisis, ya que afecta considerablemente sobre la inflación y el presupuesto básico a la alimentación de cada familia.

Los alimentos y el petróleo se convierten en la causa principal de hambrunas y conflictos sociales tanto en Chile como en el resto del mundo y que poco a poco se van acrecentando, reflejado claramente en el alza de la canasta básica de alimentación. Es así como el pan, la leche, el arroz y las legumbres, entre otros, aún aumentado sus precios alrededor de un 40%, según antecedentes del Instituto Nacional de Estadística (INE).


Esta alza considerable de los productos alimenticios, arrastra una serie de repercusiones a la estabilidad tanto económica como social del país. Por una parte, existe una disminución en la inversión, y por otra un aumento en los índices de pobreza, reduciendo así la producción de este sector y al existir poca oferta aumenta el precio del producto por haber menor cantidad de este.


Claramente, existen probabilidades que estos problemas persistan durante meses, pero ante una mayor expectativa eliminaremos los años. Un incentivo para que Chile tome medidas de protección hacia el consumidor, logrando disminuir los precios de los alimentos y por ende aumentando el presupuesto de cada familia chilena.

No queda nada más que llamar a una ¡producción efectiva!

LOS MEJORES AÑOS RUSOS


Desde mediados de los ’80, Rusia, todavía bajo el anhelo del comunismo, comenzaba a adoptar el modelo neoliberal impuesto por Estados Unidos de América. Apoyados por reformas estructurales que pretendían modificar el sistema estatal, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.) por ese entonces, adoptaba un modelo económico de crecimiento hacia fuera e introducía el sistema democrático de elecciones; ambas reformas sustentadas en la Perestroika y el Glasnot.

Por/Felipe Rodríguez

De esta manera, se realizaron profundas transformaciones políticas y económicas a un Estado soviético que paulatinamente fue perdiendo ese paternalismo del cual fue testigo la humanidad durante gran parte del siglo XX. El otrora Estado protector del cual el modelo socialista se jactó por postular ser la panacea al sistema liberal Norteamericano y cuyo principal argumento motivó a la guerra fría, ya dejaba poco a poco la eficacia y el pragmatismo que lo caracterizara.

La U.R.S.S, desde la administración de Mijail Gorbachov, comenzó a debilitarse como bloque opositor y de manera lenta ese fuego que encendiera la mecha de la guerra fría se apagó. Se acabó así la historia socialista y con el ascenso de Gorbachov se puso fin al sistema autoritario comunista para dar paso al surgimiento de las libertades y la democracia. No obstante, un sinnúmero de ex colonias de la U.R.S.S., lograron su independencia y acabaron con un proceso de tensiones políticas que en algunos casos, tal como ocurrió con Afganistán, desencadenó en un conflicto bélico.

Más tarde, terminada la década de los ’80, la jefatura de Gorbachov y tras la caída del muro de Berlín, la ahora denominada Rusia, mostraba su figura renovada de cara a la última década del siglo XX. Con Boris Yeltsin como nuevo Presidente de la República, ahora electo de manera democrática, la antigua Unión de República Socialistas Soviéticas, se abría paso en un escenario político y económico completamente diferente al cual la vio decaer. Atrás quedaba el crecimiento hacia adentro y la satisfacción de las demandas internas, ya no quedaba lugar para un estatismo capitalista, del cual habían sido cautos y eficaces durante todo el régimen comunista.



Sin ir más lejos, durante la década de los ’90, Rusia adoptó el sistema neoliberal, abriendo sus mercados; los cuales principalmente descansan en la producción petrolera. Con la administración de Yeltsin se mantuvo el desarrollo industrial que ya venía desde la U.R.S.S., sumado a un fuerte impulsó a políticas exportadores con la finalidad de generar una gran apertura del mercado ruso, apoyado en la firma de tratados internacionales.

A su vez en materia política, el presidente Yeltsin, proclamó la soberanía de la Federación Rusa e indujo a la creación de la CEI en 1991, organismo supranacional bajo el que se englobaron todos los antiguos territorios de la U.R.S.S., exceptuando los países bálticos. Al disolverse la U.R.S.S. heredó su potencial militar y el lugar que ésta ocupaba en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. La pugna por el poder se clarificó en 1993, al vencer Yeltsin la oposición del parlamento, al que disolvió y luego, tras encerrarse en la sede legislativa y oponerse por la fuerza, venció militarmente.

En las elecciones de diciembre 1993 quedó patente el alza de los partidos ultraderechistas y de los comunistas. Éstos últimos se convirtieron en la primera fuerza de la Duma tras la elección de diciembre de 1995, lo que significó un nuevo revés para Yeltsin, cuyo prestigio se vio comprometido por la violenta represión de las aspiraciones independentistas de Chechenia, en guerra con Rusia desde 1994.

De ahí en más, éste extenso país ha continuado desarrollando un modelo exportador, fiel reflejo de las nuevas reformas políticas y económicas ya mencionadas.

Desde la administración del presidente Vladímir Putín, Rusia se ha caracterizado por sostener una política monetaria baja en inflación, sumada a una alta taza de crecimiento económico, que se contrasta con la miserable realidad que vive cerca del 30% de la población tras ser afectados por la pobreza. En tanto, utiliza su riqueza energética para intentar influir en el escenario internacional.

No bastante, esto le ha significado un choque pasivo de intereses, hasta ahora, con la Unión Europea, ya que ambos poseen itinerarios políticos y ambiciones dispares, lo cual hace que la relación entre ellas sea compleja pero al mismo tiempo necesaria.

Sin ir más lejos, en la actualidad no sólo comparten una estable interacción política y económica, sino también un proceso de cohesión política que es preponderante para la estabilidad de la región.

A su vez, la Unión Europea ve a Rusia como un importante socio comercial y un garante para su estabilidad, cuya cooperación debe ser intensa, además de pactar limites en las influencias regionales que ejercen para evitar conflictos posteriores.

Por otra parte, en el plano político, aún siendo una democracia, Rusia posee severas restricciones a la libertad de expresión e información, ejerciendo a través del gobierno una fuerte censura a los medios de prensa y comunicación opositores a la gestión de la jefatura de Estado.

En definitiva, Rusia intenta controlar el espacio soviético con tintes autoritarios y disfrazando a una democracia que para la visión rusa nunca ha sido tal. No hay que olvidar que en materia de derechos humanos y garantías constitucionales, nunca en su historia los rusos han sido muy respetuosos, sin considerar siquiera que exista cualquier tipo de oposición hacia su gobierno.

Fuentes:

palestra.pucp.edu.pe/portal/ especial_01/textos/pp_mendoza_economia.ppt –
www.chile.mid.ru/2008/bull_065.html - 19k

RUSIA ACTUAL

EL RENACIMIENTO DE LA ECONOMÍA RUSA

En los noventa, se comienza a pavimentar una difícil tarea para la economía Rusa, el recuperar el sitial que había perdido en el ámbito financiero mundial, para lo cual se debieron hacer varios cambios que ayudaran a reorientar destinos del país.

Por/Cristóbal Vargas

Antes del inicio de las transformaciones de mercado, la economía soviética se caracterizó por una concentración de la producción en las grandes empresas, el control en la regulación total de precios y el aislamiento total del mercado económico internacional.

A fines de los ochenta durante el gobierno de Mijail Gorbachov empezó a debilitarse el sistema económico ruso, ya que se rompieron las relaciones económicas entre las empresas privadas y el estado, provocando un desorden en la vida económica del país, la que ocasionó una fuerte crisis.


En 1992 se inició un proceso de reformas que ha transformado la imagen del gobierno ruso, cuyo objetivo era la reactivar la situación económica y el saneamiento financiero, para asegurar el desarrollo del país, y de esta manera garantizar los derechos y las libertades de los ciudadanos, creando las condiciones necesarias para alcanzar un crecimiento económico sostenido.


Fue la construcción de una economía de mercado lo que permitió una estabilización financiera hasta 1998, disminuyendo la recesión económica considerablemente, también se redujo la inflación y registró un crecimiento considerable en los sectores de la metalurgia, energética eléctrica, petrolera y química.

El período de estabilización de la economía rusa sólo duró hasta principios del “98” gracias a la ayuda financiera del Fondo monetario Internacional (FMI), ya que la economía rusa experimentó la crisis más aguda en toda la historia, debido a la caída triple del tipo de cambio del Rublo frente al dólar.

También se deben agregar dos causas fundamentales de esta crisis: la decadencia de los precios del petróleo, (principal fuente de ingreso del presupuesto ruso) y la acelerada inflación junto con la eliminación de los bonos públicos entregados por el gobierno.

Para la experta Natalia Shvareva del Instituto de Estudios Integrales y Estratégicos “ la acelerada inflación se debió a que los ingresos de la población, crecieron más rápido que la productividad del trabajo, lo que provoco un estancamiento en la restructuración de la economía rusa”.

Según datos que ofrece el Centro de Investigación de Mercado de la Universidad de Moscú, la productividad de trabajo en Rusia a fines de los noventa era 5 veces menor que en EEUU y 4 veces menor que en Alemania.

Pero en el mismo año donde se desata esta crisis económica, aparece un personaje fundamental en el renacimiento de la economía soviética, Vladimir Putin quien toma el poder pese al momento que se vivía y realiza drásticas reformas en el ámbito económico y financiero.

Putin hizo caso a sus asesores financieros, quienes implementaron una eficiente reforma en los impuestos, logrando independizar relativamente la economía de su dependencia del precio del petróleo y en recuperar la confianza de la población en el sistema bancario implementando un ambiente económico favorable al desarrollo de las pequeñas empresas.

La nueva cara que tiene hoy la economía rusa se refleja en las cifras de crecimiento que obtuvo el año pasado, que fueron de un 8,1 % y se espera que para este año se supera este porcentaje.

Según el Centro de Investigación de Mercado, de la universidad de Moscú los últimos seis años, el PIB aumentó en un 48%, el consumo en los hogares en un 48,1%,las inversiones en fondos básicos en un 72%, la producción industrial experimentó una subida del 53,4%, la agricultura creció un 26,4%,el comercio minorista subió un 49,3% y Las ventas de vehículos de marca extranjera crecido del 11,8% en 2002 al 68% en el primer trimestre de 2007,Cifras que avalan el repunte de la economía soviética.


La economista Nina Kulikova aseguró en la conferencia Axis for Peace que “la recuperación económica de Rusia, aunque lejos de ofrecer a su población un nivel de vida comparable al de Europa Occidental, es suficiente como para permitirle desempeñar nuevamente un papel de equilibrio en el plano internacional.”

Ahora que Rusia ha superado la crisis, ha logrado la una estabilización macroeconómica, asegurando un desarrollo eficaz de la economía, lo que le permitió que fuera invitada al Grupo de los 8 (G 8) y de esta manera recuperar el status de su economía de mercado, por parte de la Unión Europea.

Para el presidente Vladímir Putin muchos estados aspiran a que Rusia tenga un mayor protagonismo en los asuntos internacionales, para profundizar el diálogo político con diversos países, regiones y organismos de integración, para de esta manera ampliar la cooperación económica y comercial con el mundo entero, y así recuperar el protagonismo económico y político que Rusia había perdido en la últimas décadas, viviendo hoy el renacimiento y consagración de la economía rusa.

LAS GUERRAS DE CHECHENIA


La caída de la Unión Soviética en 1991 no sólo produjo el colapso definitivo de los “socialismos reales” si no que también un intenso proceso de cambios políticos sociales y económicos en su propio territorio. Dentro de estos se puede encontrar el largo conflicto entre Rusia y Chechenia.

Por/Martín Romero

Si bien este enfrentamiento se hizo visible mundialmente a principios de los noventa, la lucha entre rusos y chechenos es de larga data. La conquista rusa de los territorios chechenos (situados en el centro de la Región Norte del Cáucaso) y la deportación de parte de la población chechena a finales de la Segunda Guerra Mundial hacia Siberia (acusados de colaborar con las tropas alemanas) son sólo parte de un muestrario de este conflicto.

La configuración de lo que conoce como la Primera Guerra de Chechenia se extendió desde 1994 hasta 1996.

El 4 de noviembre de 1991 Chechenia se independiza de la Federación Rusa (estructura que reemplazo a la muerta URSS), de la mano del general de la aviación rusa Djokahr Dudaiev (que pese a ser nativo de la región nunca vivió en ella). Declaración que se enmarca dentro de los conflictos de carácter étnico-religioso que azotaban, sobre todo, a la región petrolífera del Cáucaso.

Ahora, el inicio de la Primera Guerra de Chechenia se debe fundamentalmente a la política que Rusia adopta sobre el problema checheno, la inestabilidad política de la nueva república independiente y a ciertos intereses económicos creados por altos personeros militares del ejército ruso.

La política que siguió Rusia en cuanto a Chechenia, después de su proclamación de independencia, fue errática. En un primer momento simplemente no hizo nada, dejando incluso armamento militar en la región que pudo aprovechar Chechenia; después financió y armó a la oposición a Dudaiev para que lo derrocara.

Tampoco Dudaiev simplificó las cosas: impuso una dictadura y gracias a sus políticas el país se convirtió en una verdadero paraíso para delincuentes y traficantes de droga, “la gestión de Dudaiev es un fracaso no se pagan las pensiones y la productividad es nula”.

Finalmente (aunque no menos importante) se encuentra la acusación del general Alexander Lebed, principal asesor militar del presidente ruso Boris Yeltsin, en relación a que la guerra se habría producido por una vendetta de encumbrados burócratas rusos que participaban, junto a las autoridades chechenas, del negocio petrolero. Como el presidente Dudaiev “dejó de compartir el botín con sus socios de Moscú… por consiguiente (el gobierno ruso) decidió castigarlo militarmente”.

La tesis del general Lebed no termina ahí, ya que dice que la guerra se gestó, también, para encubrir negocios ilícitos que hacían comandantes del ejército ruso con países europeos en guerra. Ellos “negociaron en el mercado negro una parte del equipamiento de sus unidades” y para ocultar los equipos “aquellos generales necesitaban un gran conflicto en algún lugar, para que una importante cantidad de blindados pudieran aparecer como destruidos en combate”.

Lo cierto es que el 11 de diciembre de 1994 Rusia invade Chechenia.

Se ha hablado que la capacidad del ejército de la Federación Rusa era limitada, sobretodo, teniendo en cuenta que sus soldados eran jóvenes e inexpertos y que los combatientes chechenos conocían a la perfección el terreno y las montañas donde se desenvolvían los combates.

No obstante, la cantidad de chechenos muertos en los ataques rusos impresionó: solamente en el ataque a la capital Grozny, murieron 25.000 civiles (enero 1995).

Pero la inoperancia militar rusa unida a la corrupción de sus oficiales (“comandantes de unidad se negaban a acatar órdenes de ataque, otros se negaban a respetar las órdenes de cese del fuego. Muchos aceptaban sobornos por dejar escapar unidades chechenas cercadas mientras que otros hasta vendían armas a sus adversarios”) hicieron que el panorama se oscureciese.

Las tropas rebeldes chechenas se refugian en las montañas y montan una guerra de guerrillas que erosiona el poder del ejército ruso. A esto se suman las acciones terroristas en diversos sectores de Rusia (táctica muy ocupada por los chechenos después) como en Budionnovsk (junio del 95) donde un grupo comando ocupó su alcaldía y el hospital tomando como rehenes a 1500 personas, terminando con un saldo de casi 200 muertos.

Los chechenos, en fin de cuentas, (y a pesar del asesinato de su presidente Dudaiev en 1996) propinan una dura derrota a uno de los ejércitos más grandes y poderosos del mundo. Es por esto que Yeltsin le ordena a su asesor Lebed que inicie el proceso de negociaciones con el nuevo presidente chechenio, Aslán Masjadov, proceso que termina con los tratados de Jasaviurt, que dictamina la salida rusa de Chechenia y una especie de autonomía política.

La carnicería había dejado 73.000 chechenos y 6.000 soldados rusos muertos.

La Segunda guerra chechena 1999-2006

Los acuerdos duraron muy poco, la incontenible criminalidad chechena (léase: “secuestros, tráfico de armas y robo de petróleo”) y la desestabilización que provocan en toda la región, en el período posterior a la paz hacen que las autoridades rusas (ahora bajo la sombra de Vladimir Putin) tomen medidas extremas.

Entre agosto de 1999 y enero del 2000 las tropas rusas atacan y conquistan de nuevo Grozny y otras localidades chechenas. Nuevamente las tropas locales se internan en las montañas para aplicar la táctica de guerra de guerrillas.

Eso sí la respuesta rusa fue contundente: organizó una nueva burocracia chechena prorrusa que administrara la región, además de contar, dentro de sus fuerzas de combate, con tropas nativas.

Como en la guerra precedente el conflicto se ha llevado a cabo mucho mas allá del Cáucaso. El 23 noviembre del 2002, terroristas chechenos entran en el teatro Dubrovka (en plena función musical) y secuestran a más de 800 personas. Comandos de las fuerzas de seguridad rusas asaltan el lugar con gas, y terminan con el secuestro.

Cuando el caos termina el saldo final es de 129 rehenes muertos, incluidos los terroristas.

Sin embargo lo peor se produciría el 1 septiembre del 2004, cuando otro grupo de terroristas, se apodera de un colegio público en Beslán (en Ossetia del Norte) tomando rehenes. Dos días después tropas de seguridad asaltan el lugar generando el enfrentamiento con los terroristas. Al final del día el número de muertos era de 333 personas, 186 de ellas niños.

Lo que básicamente buscaban los chechenos era el reconocimiento ruso a su independencia, y a la libertad de credo (Chechenia en su mayoría es musulmán).Las palabras de los independentistas no dejaban dudas: “podremos garantizar que todos los musulmanes de Rusia se abstendrían de usar medios armados en la lucha contra la Federación Rusa, al menos durante 10 a 15 años, a cambio de la libertad de religión”.

A pesar de esto la guerra entró (al parecer) en su recta final, luego del asesinato del líder terrorista checheno, Shamil Basayev, por fuerzas de seguridad rusas hace dos años. Los enfrentamientos en el Cáucaso han bajado como así también los actos terroristas.

Las cifras de muertos en este segundo período de conflictos se elevan a 25.000.

El gobierno de la Federación Rusa ha dado por terminado (oficialmente) el conflicto en Chechenia, y al parecer su población así lo percibe. En una encuesta realizada el año pasado por el Centro Levada, el 41% de los consultados piensa que la guerra continúa, en contraste al 67% que pensaba lo mismo el año 2005. Así mismo, ahora, sólo un 9% de los rusos cree que la situación en la región del Cáucaso es crítica.

HISTORIA DE UN DEMÓCRATA "PURO"

Un hombre admirado, que ha inspirado libros y películas, que ha sido nombrado como hombre del año por la revista Time, descrito como el que sacó a su país del caos, es más que un Primer Ministro, es la figura más trascendental de Rusia. Pero no todo lo que brilla es oro; su misterioso pasado en el KGB siempre será una incógnita.
Por/Natalia Vega
Sus dotes para el análisis y la organización, tienen una explicación genética. Su padre, fue un inválido de guerra que fue condecorado durante la Segunda Guerra Mundial por su desempeño en la defensa de Leningrado contra el Ejército alemán.


Tal vez la historia de su vida fue la que lo llevó a convertirse en una persona esforzada, para conseguir sus grandes metas. Su infancia estuvo marcada por las dificultades, fue el único de sus hermanos que sobrevivió, y creció en una vivienda compartida por muchas familias (komunalka) en medio de la pobreza, y los ratones, que invadían su hogar. Sin embargo salió adelante y a partir de los 11 años empezó a practicar judo y en su ciudad fue varias veces campeón de “sambo”, otro tipo de arte marcial moderno y que sirve como sistema de defensa personal.

En el año 1975 y luego de finalizar sus estudios en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Estatal de Leningrado (actualmente San Petersburgo) decidió entrar al KGB, que se puede traducir como Comité para la Seguridad del Estado, una agencia de inteligencia, una especie de CIA o FBI. Esta organización se encargaba de conseguir toda la información de inteligencia del país, pero durante la Unión Soviética se convirtió en un organismo de represión interna, hasta su término en 1991.

Su trabajo en el KGB, fue de delegado en la dirección principal encargada de Asuntos Exteriores. Desde la década del 85´, hasta los 90´ se dedicó a la investigación política y militar en Dresde, para que en 1991, con el fin del organismo, decidiera volver a su ciudad natal.

Aunque los datos de su estadía en el KGB no son exactos (por la confidencialidad de la organización) se dice que Putin incluso podría haber sido el cerebro de una red ultra secreta de “agentes elite”, y haber realizado espionaje.

Aunque lo paradójico es que después de finalizar estas labores en el KGB, no se siguió involucrando en estos asuntos, y después de que estuvo varios meses sin empleo, pensó incluso en desempeñarse como conductor de taxi.

En medio de sus años en el KGB, Vladimir se casó con Lyudmila Shkrebneva, la que conoció cuando él estudiaba leyes y ella era una aeromoza. Actualmente tienen dos hijas, Maria y Yekaterina, las cuáles acrecentaron su fe en Dios, la que fue estimulada por su madre, la que en 1993 le regala una cruz bautismal para que obtuviese la bendición en el Santo Sepulcro, en una visita a Israel.
Putin ha confesado que jamás se separa de esa cruz. De esta manera, en 1997, cuando logra salvar a sus hijas de un aterrador incendio en su residencia, aumentan sus creencias religiosas.


En 1991, Vladimir Putin comienza una carrera política que simplemente se puede definir como muy exitosa. Hasta el 96` dirige el Comité para las Relaciones Internacionales del Ayuntamiento, y en medio de su gestión se convierte en la mano derecha de Anatoli Sobchak, un importante alcalde de la antigua capital imperial, el cuál se consideraba un liberal muy popular.

No obstante, sus cercanos afirman que su verdadero ascenso comienza en 1999. Después de ser nombrado Primer Ministro por Boris Yeltsin. En su cargo, ordenó el reinicio de los ataques terroristas en Chechenia. Se inicia la Segunda guerra chechena, por lo cuál se convierte en el político más popular de su país, lo que más tarde, el 31 de diciembre de ese año, lo lleva a ser elegido presidente interino, derivándolo para el 2000 en presidente de la Federación Rusa.


Su administración se caracterizó por una política de acercamiento a Europa, en especial a Alemania y Francia.

Pese a los triunfos de su mandato, Putin también ha sido muy criticado por los medios occidentales, señalando los actos de corrupción estatal durante su período presidencial, las trabas que puso a las creación de nuevas ONGs, y que hubo gran cantidad de periodistas muertos durante su jefatura, debido a que investigaban acerca de las violaciones de los derechos humanos en Chechenia.


De cualquier forma, el apoyo de los ciudadanos rusos ha sido inquebrantable, gracias a la confianza que transmite. Después de todo Putin ha sido diferente, un presidente atípico. Se ha caracterizado por ser abstemio, y deportista, practica tenis, esquí y sigue en judo.

Un hombre fuera de lo normal, con gran prestancia e inteligencia, que al mirarlo pareciera que toma decisiones sin ser influenciado por sus emociones, con una objetividad y frialdad aparentes, que probablemente deriven de su entrenamiento como espía, y de sus orígenes humildes.

Y si bien, su detractores le han añadido defectos a su gestión presidencial, la revista estadounidense Time en el 2007 le transmitió sus mejores palabras, cuando lo eligió personaje del año, agregando que “nació un Zar”. Además, la revista resaltó el rol del mandatario en la reestructuración de Rusia, como un “protagonista crítico del siglo XXI”.

Según el director de Time, Richard Stengel “Putin ha ejecutado una extraordinaria hazaña de liderazgo al imponer estabilidad a una nación que raramente la ha conocido y volver a ubicar a Rusia en el tablero del poder mundial”. “Putin representa la estabilidad”.

De esta manera, el actual Primer Ministro de Rusia, parece no querer dejar el poder, y no desistir de ser la figura central de la ex -URSS, después de todo en el 2007 él mismo manifestó su protagonismo. “Por supuesto que soy un absoluto y puro demócrata. Pero ¿sabe cuál es el problema? Ni si quiera es un problema, es una verdadera tragedia. El tema es que soy el único, no hay otros en el mundo", manifestó el ex – presidente ruso.



Documental “La toma de poder de Vladimir Putin”

www.Tu.tv

VLADIMIR PUTIN

DEJA EL KREMLIN, PERO NO EL PODER

Catalogado como el líder más popular desde los tiempos de Joseph Stalin, Putin luego de dos eficientes periodos en la presidencia de Rusia es designado como Primer Ministro ante el nombramiento de su hombre de confianza como Presidente, con el único afán de perpetuar su política y llegar al perfeccionamiento de su tercer periodo como líder ruso en el Kremlin.

Por/María Soledad Soto

El 31 de Diciembre de 1999, como todos los fines de año, Boris Yeltsin entrega su tradicional mensaje, sorprendiendo a todo un país, cuando informó que presentaría su dimisión. Es así, como el político de 47 años y para muchos desconocido, Vladimir Putin, llega con su fuerte liderazgo y carisma a manejar un país que se encontraba en medio del caos.

Desde joven fue cultivando su carrera, destacando claramente, sus dote de liderazgo y eficiencia. Fue explícitamente, luego de 16 años trabajando en la KGB, que Vladimir Putin, decide dar su gran salto a la política, claramente apoyado por los influyentes integrantes de esta organización, quienes impulsarían su carrera política.

Sin embargo, tampoco se puede dejar de lado la teoría de que sus inicios en la política se deben a su cercanía con el círculo personal de la llamada “familia” Yeltsin, quien se ligó a los propósitos de la disipación de la Unión Soviética.

Es en 1994 que se desempeña como premier adjunto del alcalde Anatoli Sobchak y en 1996 es nombrado adjunto del director de Asuntos Exteriores del Presidente Yeltsin, declarando su incondicional y absoluto apoyo al Presidente ruso.

En 1999 es nombrado Primer Ministro, para luego por tres meses ostentar el cargo de Presidente interino, tras la dimisión de Yeltsin.

El siete de mayo del 2000 inicia su función de Presidente de la Federación Rusa, ganando las elecciones con el 53% de los votos y afirmando ante miles de asistentes a la ceremonia de su nombramiento que “ni por un minuto en el país ha habido ni habrá un vacío de poder y las autoridades cortarán de raíz cualquier intento de quebrantar la legislación y la Constitución de Rusia”.

En su comienzo como líder ruso, Putin enfatiza su discurso en el compromiso con la defensa de los principios democráticos y el reforzamiento de la libertad de expresión, situación relevante para Rusia, debido a que el Kremlin mantenía un férreo control de los medios de comunicación, las empresas y los partidos políticos. Así mismo, promete transformar la estabilidad en prosperidad, basándose principalmente en una economía de libre mercado, y por otra parte, destacando los valores nacionalistas y militares.

Sin duda, desde el principio de su liderazgo de Rusia, deja entrever que su política se orienta más bien a la esfera militar, claramente demostrado en el posicionamiento de varios ex integrantes de la KGB a puestos administrativos importantes de su mandato. Así es como dentro de sus primeros anuncios como Jefe de Gobierno se encuentra la instrucción militar en la enseñanza media, la modernización de arsenales nucleares y el incremento de un 50% en el gasto de defensa, entre otras medidas, entregando indicios de una militarización de la sociedad y un aumento del control del Estado.

Sin embargo, la llegada al poder de este joven y fuerte Presidente no cayó en gracia para muchos, tanto dentro como fuera de Rusia, debido a que veían la posibilidad de quebrantarse la impunidad de años de mafias y fuertes autócratas financieros, debido a que Putin no iba a permitir otro núcleo de poder que no fuera el suyo.

En el año 2002, sufre una de las crisis más grandes en sus tres años frente al Kremlin, producto de la toma del Teatro Dubrovka, debido a que una vez más, resuelve los conflictos militarizadamente. Las fuerzas especiales de Putin introdujeron gas venenoso por intermedio de los conductos de ventilación del teatro donde se encontraban un gran número de rehenes tomados por terroristas que exigían el término de la guerra de Chechenia. El saldo de muertos fue catastrófico, provocando la muerte de 116 rehenes.

A pesar de criticas a diversos pasajes de su liderazgo ruso, es apoyado por los nuevos oligarcas rusos y militares y el 2004 es elegido, por cuatro años más, Presidente de Rusia, debido a una victoria rotunda que deja de manifiesto el incondicional apoyo y confianza que le brinda la ciudadanía en mérito de una labor cumplida, como la de poner fin al caos que siguió a la desintegración de la Unión Soviética, la de encausar la economía y la recuperación de este país como un gran potencia.

Es catalogado por la ciudadanía como el líder más popular desde los tiempos de Joseph Stalin.

En marzo del 2008 Vladimir Putin entrega la presidencia de Rusia, debido a que no podía seguir con un tercer mandato, según lo estipulado por la Constitución, dejando una fuerte imagen efectiva, debido principalmente a la recuperación económica rusa y por otra parte, a la percepción de los ciudadanos sobre un notable respeto de Estados Unidos y Europa a esta Rusia renovada.

Quedó al mando de Rusia Dimitri Medvedev, abogado de tan sólo 42 años, es un tecnócrata cercano al mundo empresarial y de los pocos colaboradores de Putin que no viene del servicio secreto. Sin embargo, ante tal nombramiento del hombre de mayor confianza durante sus dos mandatos, Putin no respira, y asume la jefatura del partido gubernamental Rusia Unida mayoritario en el Parlamento y como Primer Ministro de Medvedev, de donde claramente sigue ostentando la cuota de poder, luego de haber dejado el Kremlin.

Sin duda, este doble poder en manos de Medvedev, y del ex agente KGB, no será ambiente de tensión interna en la conducción de Rusia, debido a que Medvedev cumplirá con un rol de portavoz de Putin. Claramente es una estrategia para volver al tercer periodo en el Kremlin, manejando Rusia por muchos años más.